GARRAPIÑADAS DE ALMENDRA

Pues si la semana pasada eran los Roscos de Semana Santa, otro de los productos que podemos encontrar en los carrillos de las chuches son las GARRAPIÑADAS, de cacahuete o de almendra, están buenísimas!!!!!!

Así que me ha dado por probar a hacerlas, y la verdad es que el resultado ha sido genial, han quedado igual que las que compro en el Señor e la Puerta Real, es un kiosco que cuando pasas por allí, huele toda la calle de maravilla....

Y es que hay olores que te recuerdan momentos de la infancia, y el olor que desprenden las garrapiñadas cuando se están haciendo, es una auténtica delicia.

Uno de esos momentos fue una Semana Santa en Zamora, que como mi padre era de allí, íbamos siempre, y en medio de la procesión me quedé sorprendida, porque los penitentes repartían garrapiñadas al público conforme iban avanzando...

Gracias al blog de Javi Recetas, que explica paso a paso cómo hacerlas, y siguiendo sus instrucciones, han quedado estupendas. No es que yo lo diga, es que me las llevé el otro día a una reunión de amigos y les encantaron.

Es importante que las almendra sean con piel, y sin tostar, para que cojan ese color rojo característico de las garrapiñadas, además, de este modo el azúcar se fija mejor a la almendra.

Así que os explico, es fácil pero hay que estar pendientes......

Ingredientes:

200 gr de Almendras con piel sin tostar

250 gr de azúcar

250 ml de agua

1 cucharada de azúcar vainillado

1. - Ponemos en un cazo todos los ingredientes.

2. - Calentamos a fuego medio, para que la piel de la almendra vaya tiñendo el agua, y esperamos a que empiece a hervir.

3. - Cuando empiece a formarse una capa de espuma, bajamos un poco el fuego y con una cuchara de madera, vamos removiendo, para que termine de evaporarse el agua.

4. - Llegaremos a un punto en que una vez se ha reducido el agua, se queda el azúcar como arena, no os preocupéis, que no se ha estropeado, ahora sí es importante seguir removiendo bien .

5. - En este momento subimos un poco el fuego,como al principio, y movemos constantemente, para que el azúcar arenosa, vaya poniéndose brillante y se vaya pegando a las almendras.